El renacimiento de Asia y el rápido desarrollo de otras regiones mundiales durante las ultimas décadas constituyen una de las más importantes mutaciones de las relaciones internacionales desde la Revolución Industrial. Estas "zonas emergentes" se (re) convirtieron, o están en vías de (re) convertirse, en unidades activas, cuyo programa no se adapta simplemente a (su) medio ambiente, sino que (adaptan) el medio ambiente a (su) programa.
A pesar de que existen situaciones diversas y distancias importantes (reflejo de condiciones iniciales y de trayectorias históricas diferentes), la extensión, la intensidad y la persistencia de estas transformaciones no dejan ninguna duda acerca de su carácter estructural. Los PBI por habitante de China e India se multiplicaron así como también la evolución se manifiesta en Brasil y Rusia.
Este movimiento ascendente es acompañado por una fuerte tendencia hacia la regionalización de Asia Oriental.
Así pues, el sistema internacional del siglo XXI será descentrado y estará dotado de una multiplicidad de polos decisión. Este equilibrio supone, en el plano histórico, una Revolución, que cierra el largo ciclo de dos siglos de la preponderancia occidental. Marca el retorno, bajo nuevas condiciones, a la configuración mundial policentrica que precedió a la " gran divergencia" entre Europa y el mundo Extraeuropeo.